Cabe destacar que también he aprendido un poco de la vida (ya iba siendo hora), algunas personas se han ido (me alegro!) y otras han venido (me alegro aún más!), todos hemos cambiado para bien o para mal. Y de todos me he llevado algo.
Ha sido un año de llorar un poco, de reír más, de dormir poco, de soñar mucho, de estudiar, de beber vodka, de sincerarse y de desenamorarse.
Esperemos que 2012 cure todas las heridas, abra otras nuevas, traiga cambios y alegrías. Yo mientras tanto seguiré siendo la misma, la que no se peina, la que siempre lleva las uñas (mal) pintadas y la que siempre sonríe...
ADIÓS 2011, UN PLACER HABERTE CONOCIDO
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