9 feb 2011

''Me quedaré soltera.Nadie me amará nunca.Por mi dinero sí,pero no por mi misma.Estoy condenada a la soledad''.Cuando la norteamericana Barbara Hutton escribió estos pensamientos en su diario tenía 14 años y su fortuna ascendía a 26 millones de dólares.Era la niña más rica del mundo pero también la más solitaria porque su fama de multimillonaria porvocaba el rechazo de sus amigas. A medida que cumplía años descubriría que el dinero que heredó de su abuelo, el dueño de los almacenes Woolworth, era una maldición. Nunca conseguiría ser feliz ni amada; los que se acercaban a ella lo hacían atraídos por su riqueza y su generosidad. Bárbara lo sabía,y llenó su soledad con una larga lista de maridos,joyas,mansiones y viajes alrededor del mundo.También con grandes dosis de alcohol y barbitúricos que la ayudaron a sobrellevar la carga de su apellido.
La historia de esta mujer considerada una de las más ricas y extravagantes herederas del siglo XX es la de una niña nacida en una jaula de oro y marcada por un trágico destino.Su madre Edna era una de las tres hijas del magnate Frank Winfield, fundador de la célebre cadena de almacenes Woolworth.Edna se casaría con un guapo y avispado agente de bolsa de 24 años llamado Franklyn Laws Hutton.La única hija del matrimonio nacería en Nueva York el 14 de noviembre de 1912.La pequeña Barbara heredaría la tez pálida,los ojos azules y el cabello rubio de su madre,la más atractiva y elegante de las hermanas Woolworth.
Cuando Barbara tenía cuatro años,descubrió el cuerpo sin vida de su madre en la suite del hotel Plaza de Nueva York.Edna se vistió con su mejor traje de noche y se suicidó ingiriendo un frasco de pastillas de estrictina.Tenía 33 años y no podía soportar más las infidelidades de su marido.Tras este trágico suceso,Barbara se convirtió en un codiciado trofeo para la prensa sensacionalista.Había nacido ''las pobre niña rica'' y los periodistas la seguirían por todo el mundo dando fe de sus excesos y divorcios.
Al perder a su madre,Barbara se quedó al cuidado de su abuelo Frank,que vivía en la mansión de Winfield Hall, junto a las costas de Long Island.En esta esplédida residencia de 53 habitaciones y rodeada de un ejército de sirvientes,pasaría el resto de su solitaria infancia.Con la muerte de su abuelo comenzó para Barbara una época difícil de soledad y gran intestabilidad emocional.Viviría en distintas casas,y a cargo de personas que la rodeaban de lujos y caprichos.Como confesaría a un periodista,sus mejores amigos fueron a lo largo de su vida los miembros del servicio doméstico.Apenas veía a su padre,un hombre de mal carácter que mostraba poco interés por ella.Hasta que cumplió los 18 años y le organizo una fastuosa fiesta para presentarla en sociedad.Fue una de las puestas de largo más célebres y ostentosas de su tiempo.Los festejos culminaron con un gran baile en los salones del hotel Ritz-Carlton de Nueva York.Asistieron más de 1.000 personas,entre las que estaban algunos de los apellidos más ilustres de EE.UU. Si el padre de Barbara había pretendido dar a conocer a su hija entre los miembros más distinguidos de la alta sociedad ,el efecto que consiguió fue el contrario: los cazafortunas ya conocían a la heredera que parecía una presa fácil.
Barbara,que sentía debilidad por los hombres con título nobiliario y buen físico,se casó siete veces: con dos príncipes rusos,un conde danés -con quien tuvo a su único hijo,Lance-,el playboy dominicano Porfirio Rubirosa, un barón campeón de tenis y estrella de cine. Cary Grant fue su tercer marido y el que mejor la trató.Tras su reptura,el actor se lamentaba de que los periodistas se ensañaran con una mujer que no había podido elegir su destino.La prensa sólo mostraba su ostentosa y disoluta vida.Hablaban de la mujer que regalaba diamantes a sus sirvientas y que hizo ensanchar las calles de la medina de Tánger para que pudieran pasar sus Rolls-Royce.Pero la millonaria anórexica era en realidad una dama de gran sensibilidad artística y corazón generoso. Toda su vida colaboró, de manera anónima, con fundaciones benéficas.Sus buenas obras no interesaban a la prensa que la persiguió sin piedad hasta el lecho de su muerte, cuando apenas era una sombra de sí misma y su fortuna se había reducido a 3.000 dólares.
La conocida como ''la chica del millón de dólares'' -cantidad que cobraban sus maridos tras divorciarse de ella-,murió enferma,sola y arruinada.Tras perder a su hijo en un accidente,comenzó su declive. Bebía mucho,se atiborraba de somníferos, despilfarraba y acabó pagando por tener compañía masculina.''Soy como uno de esos puentes de Venecia que parecen no alcanzar nunca la otra orilla'',se lamentó en su vejez.Al final sólo quedó la sombra de una mujer esquelética que ocultaba sus ojos tras grandes gafas de sol y que nunca consiguió su sueño: ser amada.

2 comentarios:

  1. puff.. ;s pobre mujer!
    me ha entrado una cosa por dentro,
    muy largo pero muy bueno titi :D
    a valido la pena copiar tanto, xd
    besitos /L
    (porcierto record de blog no?)

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  2. me a gustado muuuchoooooo!!!!

    olga

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